De una petición de pena de 26 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa a víctima especialmente vulnerable, su propia hija de apenas un mes de vida, a una condena mínima de dos años de cárcel, por la que ni siquiera tendrán que ingresar en un centro penitenciario. Pese a reconocer ambos progenitores que, “actuando de común acuerdo, le propinaron de manera repetida y violenta golpes en la cabeza y en el cuerpo” a la pequeña, se les ha rebajado el delito a lesiones graves con dos circunstancias atenuantes. La clave de todo, haber pagado la responsabilidad civil, que asciende a 77.000 euros.
La llevaron al centro de salud alegando que tenía mucosidad
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Los hechos, de los que informó en exclusiva en su día Levante-EMV, del mismo grupo que INFORMACIÓN, ocurrieron a finales de noviembre de 2018 en Torrent (Valencia). En la mañana del día 27 los ahora condenados por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia acudieron al centro de salud de esta localidad de l’Horta con su hija, de apenas un mes, esgrimiendo que tenía mucosidad. Pero nada más lejos de la realidad. Debido a la gravedad de las lesiones que presentaba la menor, con una fractura craneal, la derivaron urgentemente al Hospital General de València, y de ahí a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica (UCIP) del Hospital La Fe.
La pequeña presentaba convulsiones, hematomas faciales, hemorragias internas y daños en la retina. El informe de los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de València determinó que el traumatismo craneoencefálico con fractura biparietal y hemorragias cerebrales de entidad muy grave había sido producido «por un mecanismo violento traumático» que le podía haber causado la muerte.
La niña, que cumplirá este mes seis años, pudo recuperarse y actualmente sigue bajo seguimiento periódico del Servicio de Neuropediatría del citado centro, dadas las secuelas cerebrales que padece, con alteraciones motoras y necesidad de terapia con logopeda.
El Ministerio Fiscal solicitaba inicialmente una pena de 26 años de cárcel para cada uno de los padres por un delito de tentativa de asesinato, la máxima que se les podía pedir dada la gravedad de los hechos, que en caso de fallecimiento de la pequeña podrían haber sido castigados con prisión permanente revisable.
No obstante, gracias al acuerdo de conformidad logrado por el letrado Miguel Ángel Sampedro, encargado de la defensa del padre, y rebajar considerablemente el fiscal y la letrada de la Generalitat sus peticiones de acusación, ninguno de los dos progenitores pisará finalmente la prisión.
Se les condena como autores de un delito de lesiones graves con la agravante mixta de parentesco y las atenuantes de dilaciones indebidas y una muy cualificada de reparación de daño, tras haber pagado entre los dos 77.100 euros de responsabilidad civil por los daños y secuelas causados a su propia hija.
Prueba del polígrafo
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En el caso de las dilaciones indebidas se les aplica por el tiempo transcurrido en la instrucción de la causa, ya que “los hechos han tardado casi seis años en ser enjuiciados por ciscunstancias no imputables a los procesados”. Realmente este retraso que a la postre les ha beneficiado fue generado en parte por la propia defensa de la madre quien alargó el procedimiento con recursos y solicitando y aportando pruebas que rara vez se ven en un juicio, como la cuestionable prueba del polígrafo, que la Sala admitió y en la que la madre negaba su implicación en las lesiones sufridas por su hija.
La sentencia, dictada in voce esta misma mañana, les impone la prohibición de comunicación y alejamiento de 200 metros durante tres años de su hija, la cual fue declarada en situación legal de desamparo y desde noviembre de 2018 tiene la Generalitat su tutela. Aunque se encuentre bajo acogimiento familiar temporal con sus abuelos maternos.
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La Sala les ha suspendido el cumplimiento de la pena de prisión, al no superar los dos años y carecer de antecedentes, con la condición de que en un plazo de dos años no cometan ningún tipo de delito y estén perfectamente localizados. Los dos condenados, que a raíz de lo ocurrido se separaron, no cumplirán ni un solo día entre rejas por las graves lesiones que, según los hechos probados, le causaron a su hija recién nacida.