El castigo bursátil a Grifols parece no tener límite. La multinacional catalana de hemoderivados se ha llegado a desplomar más del 16% durante los primeros compases de la sesión. Tras una jornada, el martes, en negativo, el título se está deslizando este miércoles hasta mínimos anuales, con una cotización en torno a los 6,4 euros y acumulando unas pérdidas en lo que va de año de mñás del 50%. Su capitalización ronda actualmente los 3.200 millones de euros.
Uno de los motivos del descenso es un nuevo informe de Gotham City, el fondo bajista que en enero provocó la crisis de la compañía al poner en duda en un informe el peso de la deuda. También influye que Moody’s ha colocado la calificación crediticia de la empresa y la de sus filiales en revisión para una próxima rebaja debido a la menor generación de caja y al retraso en publicar sus cuentas auditadas. La compañía dio a conocer la semana pasada sus resultados con un descenso de sus beneficios del 72%, pero sin la auditoría de KPMG que, en principio, estará lista esta semana.Todo ello no hace más que agudizar la penalización a la cotización del valor.
Grifols cuenta con un rating de familia corporativa de ‘B2’. Con anterioridad, la perspectiva del rating era ‘negativa’. Los rating de familia corporativa son una categoría que Moody’s usa para los emisores situados en el grado de especulación y que valora la capacidad de la empresa de hacer frente a todas sus obligaciones financieras sin tener en cuenta los tipos de deuda. En las últimas semanas, el grupo del que la familia Grifols es el principal accionista ha sido objeto de constantes ataques de fondos que apuesta a la baja. En la jornada de este miércoles, el descenso paerce no tener límite, según los analistas. El último episodio de crisis bursátil se produjo la semana pasada con una caída próxima al 35%. Cuando parecía que se recuperaba, nuevos aludes de ventas propiciaron nuevos desplomes que se están consolidando en la primera parte de la sesión de este miércoles.