Repsol imposes conditions for up to 3 billion euros for investment in regulatory and fiscal framework in Spain

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Repsol mantiene su pulso con el Gobierno. La compañía congeló a final del año pasado 1.500 millones de inversiones renovables anunciadas en Bilbao, Cartagena y Tarragona hasta que el Ejecutivo español fuese más claro sobre su política fiscal, después de que el PSOE y Sumar incluyeran en su pacto programático de Gobierno la consolidación del impuesto a las energéticas. Ahora esa cifra se cuadriplica, hasta los 3.000 millones de euros que la compañía planea invertir en negocios industriales en todo el mundo hasta 2027, pero que condiciona a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España.

Así lo establece la petrolera en la actualización de su estrategia para el periodo 2024-2027. Después cumplir con creces los objetivos marcados en su hoja de ruta 2021-2025 dos años antes y tras una etapa mala marcada por la pandemia a la que siguió otra extraordinaria en la que la protagonista fue la guerra, Repsol actualiza sus planes de futuro con dos grandes compromisos: repartir hasta 10.000 millones de euros entre sus accionistas e invertir casi el doble, hasta 19.000 millones de euros, lo que implica cerca de un 20% más al año que lo previsto durante el periodo anterior, cuando la compañía anunció unos 19.500 millones en total.

De todas esas inversiones, el 60% se ubica en la Península Ibérica, aunque la petrolera no especifica qué cantidad corresponde a España y cuál a Portugal, y el 25% en Estados Unidos. Si bien lo que ocurra finalmente puede variar por muchos factores. Entre ellos cita el escenario macroeconómico, la evolución de las distintas tecnologías, la estabilidad regulatoria, la madurez de los proyectos, el avance en la rotación de activos y las desinversiones. Al mismo tiempo, añade que sus negocios industriales de todo el mundo –esto es principalmente refinerías y negocio químico, que en su mayor parte se ubica en España– supondrán unas inversiones netas de entre 5.500 y 6.800 millones de euros para desarrollar iniciativas de bajas emisiones, como los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y el biometano, que requerirán de inversiones netas en un rango de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, “condicionadas a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España“.

Mientras, las iniciativas “bajas en carbono” supondrán unas inversiones netas de unos 5.000 millones de euros. Dentro de su nueva cara ‘eléctrica’, Repsol se pone como objetivo duplicar el número de clientes de electricidad y gas hasta un total de 4 millones en 2027 y aspira a tener una capacidad renovable instalada de entre 9.000 y 10.000 megavatios (MW). La compañía, que es la cuarta comercializadora de luz en España, detrás de las tres principales (Iberdrola, Endesa y Naturgy) con más de 2,2 millones de clientes de luz y gas.

“Durante los próximos cuatro años mantendremos la misma estrategia que presentamos en nuestro plan anterior para afrontar la transición energética y apostaremos por todas las energías que satisfagan las necesidades de nuestros clientes. Estamos convencidos de que esta aproximación, en la que la descarbonización es una oportunidad atractiva para crear valor, crecer y ser rentables, es la más adecuada para nosotros”, indica en un comunicado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.

Retribución al accionista

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La actualización del plan ha coincidido con la presentación de los resultados anuales, con unas ganancias netas de 3.168 millones de euros, el 25,5% menos que en 2022. Vuelve a obtener la compañía uno de los mejores resultados de su historia, a pesar de que la volatilidad de los precios del crudo y del gas fueron más bajos que el año anterior. El resultado neto ajustado, que mide específicamente el desempeño de los negocios de la compañía, fue de 5.011 millones de euros, un 26% menos que el año anterior.

Tras estos números, la empresa que dirige Josu Jon Imaz aumentará un 30% el dividendo de este año –que se calcula sobre los resultados del año pasado– hasta repartir 0,9 euros por acción, lo que supera con creces los 0,75 euros por acción que establecía en la estrategia anterior para el año 2025. Además, pondrá en marcha un nuevo plan de recompra de 35 millones de acciones que se amortizarán antes de julio de 2023.

A partir de este año y durante los cuatro siguientes, Repsol se compromete a incrementar su retribución en efectivo un 3% anual, a partir de esos 0,9 euros por acción de este año, lo que supondría un total de hasta 4.600 millones de euros repartidos hasta 2027, a los que se suma la expectativa de 5.400 millones más en planes de recompra de acciones. En total, 10.000 millones de euros para los accionistas en los próximos cuatro años, que equivalen a entre el 25% y el 35% del flujo de caja operativo que se espera sea de unos 29.000 millones de euros.

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