Candidato al Goya al mejor actor de reparto por su trabajo en ‘Los destellos’, Antonio de la Torre (Málaga, 1968) suma ya 15 nominaciones y aventaja en una a Penélope Cruz. El eterno finalista solo se ha llevado el premio a casa en dos ocasiones: en 2007, por ‘AzulOscuroCasiNegro’, y en 2019, por ‘El reino’.
-Haberse convertido en el intérprete con más nominaciones en la historia de los premios, ¿tiene algún significado especial para usted?
-Hombre, es un honor. En algo tenía que ganar, ¿no? Puedo decir que he sido un gran Poulidor [en alusión al ciclista francés Raymond Poulidor, el ‘eterno segundo’]. A second, yes, but the best second. Well, that’s not the case. I am at 8% of the actors working regularly and this is a great victory. And being a candidate there is very good, cool. Then Goya’s night comes and wins someone else, but until then, your name came out there, you made interviews, things happened. Being nominated placed you in the showcase, and in the end it applies to obtaining visibility. I cannot see myself more visible with 15 nominations.
-En retrospectiva, ganar el Goya con su primera nominación [por ‘AzulOscuroCasiNegro’]Do you see this as a coup of hearing, or do you feed on the wrong expectations of what your career will be?
-Fue una suerte inmensa. Ese año estaban nominados Juan Echanove, Leonardo Sbaraglia y Juan Diego Botto, y yo pensaba: “Tres actores de verdad y yo. Ni de coña me lo van a dar”. Y como en la fiesta de los nominados te dan un diploma, me llevé el diploma para hacerme fotos, y así poder demostrar años después que había estado nominado. Cuando gané, me fui con la sensación de ‘una y no más, Santo Tomás’. Estaba convencido de que eso era lo máximo a lo que yo iba a llegar en mi carrera, y ya me parecía mucho. Luego uno se va acostumbrando, porque la vida es así, para bien y para mal. Te vas colocando, te van nominando y ya te empiezas a creer que sí, que estás ahí. Pero aquella primera vez fue un sueño. Ojalá todos mis compañeros pudieran vivir algo así. Desgraciadamente, ocurre en muy pocos casos.
-¿Se acostumbra uno a estar nominado y perder?
-Al final es una cuestión de expectativas. Hay veces que tienes claro que no va a pasar, piensas “si está Bardem se lo van a dar a él” y tal, y ya vas tranquilo, pero luego viene alguien y te come la cabeza el día antes y… Yo qué sé, somos humanos… En mi caso ha habido de todo. Y solo he ganado dos veces. La primera, ya te lo he dicho, no tenía casi ninguna expectativa y salió. Y el año de ‘El reino’ parecía como muy claro. Pero hay que quitarle importancia. Son votos que hacen los compañeros y eso es algo muy subjetivo. Lo sensato y lo maduro es tomártelo como lo que es, un juego. Aunque, bueno, ya sé que después hay intereses y consecuencias y las películas se benefician del premio y tu carrera, también, y en ese sentido es importante, pero siempre hay que verlo con deportividad.
-Hace dos años no estaba nominado y acabó presentando la gala. ¿Sin usted no hay premios Goya?
-Eso es lo que yo les decía en broma: “Oye, ya que no estoy nominado, pues presento”. No, a ver, me ofrecieron presentar y… Te voy a contar una anécdota. Yo interpreté a Pepe Mujica [en ‘La noche de 12 años’] And when we go to see him, the director [Álvaro Brechner] He introduced me: “Look, this will do you actor.” And Mujica put his face and said: “Someone has to do it.” When I offered to present Goya, I felt honest first, because I still thought: “Someone has to do it.” In my opinion, academics gave me a lot: recognition, prestige, love … So I had to look for the call. I don’t know what everyone says it’s a brown to present a gala and what happened. But I am an academician, a member of the club and I thought: “I will throw a cable.” Less than everything Spanish cinema gives me. The last thing he played was to think that he would look bad or put himself in a fool. Furthermore, I am proud to do this because you love more or less. The homeland called me and I answered. I don’t know if this last comment represents me very much, but it is worth it as a metaphor [risas].
“De las películas, con lo que me quedo es con lo aprendido, no con lo mostrado”
-Interpretar un personaje como el Ramón de ‘Los destellos’, un hombre que se sabe a punto de morir, ¿le deja huella después en su vida personal?
-Hay mucho mito en esa idea del actor que no puede desprenderse de sus personajes. Este es un trabajo que, sí, te lo tomas en serio y te lo llevas a casa y piensas en él, pero también un maestro se lleva los exámenes a casa, ¿no? Hombre, luego hay cosas como lo físico. A mí, después del rodaje de ‘Los destellos’, me costó un tiempo volver a mi peso normal. Y ahora tengo que llevar sombrero porque el personaje de la película que estoy haciendo [‘Sacamantecas’] There is something in your mind. But in other ways, like others. I think what’s happening first of all is experience. What I stayed with the movies is not what I have learned, not what is shown. The actors are in the light, but we are not light. We are interesting to the extent that we serve the interesting stories. We are a Mojón.
-Hay muchos grandes actores que acaban convirtiéndose en una marca. ¿Le asusta que pueda llegar el momento en que Antonio de la Torre haga de Antonio de la Torre?
-El ‘delatorrismo’, ¿eh? Como el landismo. Bah, qué más quisiera yo que llegar a ese nivel. No, yo intento humildemente evitar hacer de Antonio de la Torre, pero no puedo controlar lo que los demás digan de mí. Y si la gente empieza a decir de mí que me repito, pues será que no habré conseguido lo que pretendía.
-¿No repetirse es el principal reto de un actor?
-El principal reto es vivir de esto, que es algo que no pueden hacer el 92% de mis compañeros. Y luego estamos el 8% de privilegiados que podemos decir que aspiramos a no repetirnos y cosas así.
“Que un artista, de la índole que sea, se pronuncie políticamente me parece casi inevitable”
-Los precedentes de los premios Gaudí y Feroz parecen sugerir que la reivindicación política y social volverá a estar presente este año en la gala de los Goya. ¿Le complace?
-No me lo he planteado mucho, pero, ¿para qué sirve el arte, si no? El artista debe estar comprometido con el arte, con la vida… El artista ha de ser político. Cuando dices esto, parece que estés pidiendo al artista que te diga a quién votar, y no es eso para nada. El acto de vida moderno y civilizado es político. La política es cómo la gente se organiza la vida en sociedad; por tanto, si vives en sociedad, inevitablemente eres político. Vivir en sociedad y declararse apolítico es un oximoron. Y pienso que el arte tiene un compromiso con la sociedad. Que un artista, de la índole que sea, se pronuncie políticamente, me parece casi inevitable. Por otro lado, en esta época de redes sociales, la posible repercusión que pueda tener lo que decimos los actores se ha diluido mucho. Aunque yo gane el Goya y pueda decir no sé qué, seguro que hay gente en Instagram que llega a mucha más gente. Así que déjame al menos opinar.
-Siempre habrá alguien esperando a ver qué dice para darle palos.
-Recomiendo a cualquier ser humano que no espere nada de mí, ni bueno ni malo, para no llevarse una decepción.
Source: Informacion

Barbara Dickson is a seasoned writer for “Social Bites”. She keeps readers informed on the latest news and trends, providing in-depth coverage and analysis on a variety of topics.