Hoy en día, los más jóvenes probablemente ni siquiera sepan qué es un CD. La tecnología, de hecho, ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas y hoy nos permite escuchar música desde nuestros móviles, ordenadores, tabletas y todos esos dispositivos como Alexa: aplicaciones como Spotify se han vuelto muy populares y casi nadie se toma la molestia de descargarlas.
Sin embargo, hasta hace unos años, sobre todo en algunos entornos como el coche, para escuchar música era necesario disponer de CD en los que, con un ordenador, se podían cargar las canciones después de haberlas descargado online, utilizando programas como eMule. O se compraban los CD originales de nuestros artistas favoritos. Los CD, entonces, durante años también fueron objetos de colección, especialmente de las bandas y cantantes que más queríamos: tener una copia autografiada era uno de los lujos más envidiados.
Si todavía tienes decenas y decenas de CD de tiempos pasados que ahora están acumulando polvo en un rincón del salón o del dormitorio, comprueba inmediatamente qué discos son, ya que algunos realmente valen mucho dinero.
CD con el que te puedes comprar un coche nuevo
Es difícil pensar en los CD como bienes que, por pertenecer al pasado y, por tanto, raros, valen mucho hoy. Para quienes crecieron con ellos, de hecho, son algo todavía tangible y aparentemente actual, pero el mercado habla claro: cada vez se venden menos CD y quienes tienen determinadas versiones de algunos discos concretos pueden considerarse verdaderamente afortunados. Algunas son piezas muy raras e icónicas que, con el paso del tiempo, han adquirido un carácter de “culto” y, por tanto, destacan por su valor verdaderamente desproporcionado.
Entre los más buscados se encuentran los de bandas míticas de las últimas décadas del siglo XX como Pink Floyd, Led Zeppelin o Nirvana, sobre todo si se trata de CD determinado o contienen canciones concretas.
Algunos CD tienen hoy un valor verdaderamente astronómico: un ejemplo de ello son los discos de álbumes seminales de artistas como Radiohead, Pearl Jam o la primera versión japonesa de los discos de Metallica. ¡Los coleccionistas se vuelven locos por ellos y estarían dispuestos a gastar cualquier cantidad para tener uno!
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Una edición limitada de ‘The Velvet Underground & Nico’, por ejemplo, puede costar miles de euros: por eso vale la pena echar un vistazo al desván para ver si tienes algún ejemplar.
Source: Informacion
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