Donald Trump ha comparecido a las 2.26 de la madrugada en la fiesta en el centro de convenciones de West Palm Beach (Florida) donde se seguían los resultados de esta noche electoral extraordinaria y ha pronunciado, ante un público eufórico desde hacía horas, el discurso declarando la victoria, que aún no está confirmada pero es ya una realidad prácticamente ineludible. “Estados Unidos nos ha dado un mandato sin precedentes y poderoso“, ha dicho en una intervención de casi media hora el republicano que fue 45 presidente de EEUU y está llamado a ser el 47 y que ha calificado lo ocurrido como “una victoria enorme para la democracia y la liibertad” y lo ha marcado como “el día en que los estadounidenses recuperaron el control de su país”
Ha sido una intervención que, por momentos, ha entrado en el territorio de meandros y divagaciones al que Trump ha acostumbrado en sus discursos de campaña. Pero el mensaje central, de reivindicación y promesa, estaba perfectamente enfocado.
“Es una victoria política que nuestro país nunca ha visto“, ha dicho Trump, que ha remarcado el triunfo en el colegio electoral y en el voto popular al que se encamina. Además, ha destacado la conquista republicana ya confirmada del Senado y ha subrayado que su partido se encamina al control de la Cámara de Representantes.
La mano de dios y la era de oro
Rodeado en el escenario por una multitud entre la que estaba su familia, el candidato a vicepresidente JD Vance, artífices de su victoria como sus dos jefes de campaña y aliados políticos como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, Trump estaba exultante en una noche indudablemente triunfal para él.
“Mucha gente dice que Dios me salvó la vida por una razón, y esa razón fue salvar el país”, ha declarado en un momento, en referencia a su supervivencia en el primer intento de asesinato que sufrió el 13 de julio en un mitin de Butler (Pensilvanial), uno de los momentos cruciales de esta campaña.
A su boca han vuelto las promesas de sellar la frontera, recortar impuestos, “parar guerras“, poner “EEUU primero” y hacer el país “fuerte, próspero y seguro”. “Va a ser la era de oro de EEUU“, ha dicho en un momento.
Realineamiento histórico
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Ha presumido, y los primeros datos y análisis de voto conocidos apoyan, de haber construido el triunfo electoral sobre una amplia coalición de votantes que, ha dicho, representa un “realineamiento histórico”. Y quizá no sea “la mayor de la historia”, como ha dicho, pero es cierto que incluye votantes “urbanos y rurales, a trabajadores afiliados y no afiliados a sindicatos, a negros, latinos, árabes y musulmanes“.
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Trump insistía en que la suya es una propuesta política de “sentido común”, ha prometido que va a “ayudar al país a sanar” y ha dicho que “es hora de poner las divisiones de los últimos cuatro años atrás”. Pero no ha mencionado en ningún momento a Kamala Harris ni a los al menos 65 millones de ciudadanos que han votado a la demócrata,. Y su mensaje ha obviado la clásica afirmación de gobernar para todos para dejar paso a una frase más trumpista: “el éxito nos va a unir“.
Source: Informacion
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