Si la televisión convirtió la política de Estados Unidos en puro entretenimiento para las masas, las plataformas digitales han dado ese poder de influencia a los creadores de contenido en Internet. Solo así se entiende que el pasado 5 de agosto, a falta de tres meses para las elecciones a la presidencia del país, Donald Trump invitase al streamer de 23 años Adin Ross a charlar en su mansión de Mar-a-Lago. Incluso bailaron. “Nunca permito que me hagan este tipo de entrevistas, tú eres el primero”, le confesó. Ross se dio a conocer jugando a videojuegos en Twitch, pero también por sus insultos homófobos, por haber mostrado porno en sus retransmisiones o por apoyar al misógino Andrew Tate, acusado de secuestrar, violar y prostituir a menores en Rumanía. Nada de eso le importó porque tiene 7,2 millones de seguidores en Instagram, 6,4 millones en TikTok y 4,5 millones en Youtube, la mayoría de ellos hombres jóvenes blancos. Trump sabía lo que hacía.
En EEUU, los candidatos a la presidencia llevan más de un siglo buscando el apoyo de celebridades de la cultura pop para tratar de amplificar su mensaje y seducir a los votantes. Desde Franklin D. Roosevelt con Humphrey Bogart o Rita Hayworth hasta Hillary Clinton con Barbara Streisand o Tom Hanks. En la última década, sin embargo, el creciente protagonismo de las redes sociales y de la llamada creator economy ha hecho que, más allá del cine y de la música, ese poder de influencia se desplace hacia las nuevas personalidades de Internet, una capacidad de persuasión que no ha pasado inadvertida a los estrategas políticos.
En las elecciones presidenciales de 2020, tanto Trump como Joe Biden acudieron a tiktokers, streamers, youtubers, instagramers y demás para movilizar el voto de la Generación Z, aquellos nacidos en los albores de los 2000. Desde entonces, el marketing basado en influencers ha más que duplicado su tamaño, una normalización que también se está dando en la arena política, moldeando incluso la forma en la que los candidatos comunican sus propuestas. Ese cambio de paradigma explica que Trump baile o pose como un boxeador en TikTok, la plataforma de vídeos china que trató de prohibir cuando era presidente, o que Kamala Harris haya abrazado su conversión en un meme.
[–>
Influencia al alza
[–>
Los creadores de contenido en línea se han convertido en un referente informativo, especialmente para los más jóvenes. Hasta un 54% de los estadounidenses mayores de edad se informan parcialmente de la actualidad política a través de las redes sociales, según una encuesta del Pew Research Center, un fenómeno que en plataformas como TikTok se concentra en usuarios de entre 18 y 29 años (un 48%). La dieta informativa en línea de los zoomers refleja una brecha de género que también se percibe en las urnas, con una mayoría de chicos apoyando a Trump y una mayoría aún más abultada de chicas apoyando a Harris.
Hablen de maquillaje, criptomonedas, ciencia o deportes, los creadores son capaces de movilizar audiencias masivas de millones de fans con los que establecen una relación incluso emocional, una proximidad y autenticidad que alimenta su capacidad de sugestión. Un 69% de los consumidores confía más en lo que recomiendan los influencers que en lo que dicen las marcas, según un estudio de la agencia Matter. Esa poderosa conexión con el gran público es un caramelo para los políticos. Por eso fue Barron Trump, de 18 años, quien aconsejó a su padre reunirse con Adin Ross.
[–>
Cruciales para el voto joven
[–>
Aunque históricamente los jóvenes de EEUU no votan tanto como los mayores, su rol puede ser crucial, especialmente en los estados bisagra que decidirán la presidencia. Ya lo fue en 2020, cuando Biden ganó el voto de los menores de 30 años por un margen de 24 puntos. La actual administración se sirvió de influencers de la Generación Z para promocionar la vacunación contra el covid y el apoyo militar a Ucrania, pero su apoyo a la guerra en Gaza y a una posible prohibición de TikTok hizo que muchos se sintiesen traicionados y diesen la espalda a la Casa Blanca. Los números de Biden se hundieron y el margen se redujo a tan solo 13 puntos.
Los estrategas del partido supieron leer la situación y, con Kamala como candidata, han dado un protagonismo sin precedentes a los zoomers. A finales de agosto, la Convención Nacional Demócrata subió a cinco creadores de contenido al mismo escenario desde el que hablaron Harris, Biden o Barack Obama y acreditó a un total de 200 para cubrir el cónclave progresista con la esperanza de llegar a sus 24 millones de seguidores. Además, han confiado a un equipo de tiktokers de 25 años o menos la creación de vídeos para burlarse de Trump y convertir a la actual vicepresidenta en un icono pop viral. “Ha contribuido a potenciar su campaña, aprovechando los ritmos y absurdos de la cultura de Internet para crear una de las estrategias de captación de votos más ingeniosas e irreverentes de la política moderna”, según The Washington Post. De ahí que las cuentas de la candidata hablen en la jerga de los más jóvenes.
Brecha de género en el voto zoomer
[–>
Aunque en 2020 perdió el voto joven, Trump obtuvo un apoyo mayoritario de los blancos, el perfil demográfico de mayor peso electoral. Si quiere volver a ser presidente, las opciones del magnate conservador pasan por movilizar a más hombres para incrementar esa base. Y la Generación Z podría ser su oportunidad. Esa necesidad explica que él y su candidato a la vicepresidencia, J.D. Vance, se hayan embarcado en una gira por los pódcasts de personalidades como Nelk Boys, Lex Fridman, Logan Paul o Tucker Carlson, con audiencias abrumadoramente masculinas. Trump también se ha sentado a charlar con Elon Musk o con el influencer político Tim Pool, investigado por la justicia estadounidense por, presuntamente, haber recibido financiación de Rusia para difundir posturas afines a Moscú.
[–>
La estrategia demócrata parece estar robusteciendo el apoyo a Harris entre las mujeres más jóvenes. Según la última encuesta del Instituto de Política de la Harvard Kennedy School, la candidata y su número dos, Tim Walz, tendrían una ventaja de 31 puntos sobre Trump entre los votantes de 18 a 29 años, una superioridad en intención de voto que se dispara hasta los 47 puntos entre las mujeres y se consolida en 17 puntos entre los hombres. Sin embargo, otros sondeos como el de la NBC limitan ese margen total a 16 puntos, 30 entre las féminas y tan solo 4 entre los barones. La respuesta estará en las urnas.
Subscribe to continue reading
Source: Informacion
James Sean is a writer for “Social Bites”. He covers a wide range of topics, bringing the latest news and developments to his readers. With a keen sense of what’s important and a passion for writing, James delivers unique and insightful articles that keep his readers informed and engaged.