Era un sector sin apenas nombres propios, hace una década. Y, ahora, cuesta poco citar a varias ‘startups’ españolas que se ganen la vida con ello. Las Elims o Impress, Geniova, QuickSmile, SecretAligner, Smart Aligner Services, Ziacor (con la marca RealAligner)… Todas tienen en común que se dedican, de un modo u otro, al negocio de la ortodoncia invisible, un sector que ha crecido en los últimos años aupado por los avances tecnológicos y por un público adulto cada vez más interesado en corregir su dentadura sin el impacto estético que supone llevar los clásicos ‘brackets’.
La previsión es que el sector crezca un 30% cada año hasta 2030
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Uno de los pocos estudios publicados sobre esta protoindustria, elaborado por la empresa estadounidense de analítica de mercado Grand View Research, plasmaba hace un año que este sector había movido a nivel mundial 2.300 millones de dólares (unos 2.000 millones de euros) en 2022. Su estimación era que aquel año (2023) esta facturación se situaría en torno a los 6.100 millones de dólares (5.400 millones en euros) y que para cierre de 2024, ya estaría por encima de los 7.500 millones de dólares (6.700 millones de euros).
En definitiva, que este negocio es el triple de grande ahora que hace solo dos años. Y su cálculo es que este crecimiento se va a ir repitiendo año a año, hasta cerrar esta década con un tejido de empresas y clínicas dentales que estará ingresando en torno a 33.900 millones de dólares con la ortodoncia invisible. Esto supone crecer un 30% cada año, hasta 2030.
El rol de los alineadores invisibles
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Este incremento se relaciona en grandísima medida con los alineadores invisibles. No son la única modalidad que se incluye dentro de lo que identifican como ortodoncia invisible, puesto que también juegan su papel los ‘brackets’ de cerámica (aquellos que son de color blanco y se camuflan mejor en el diente) y lo que se conoce como ‘brackets’ linguales, una propuesta que se coloca en la parte interna del diente para que no se vean desde fuera. Sin embargo, las fundas invisibles son las que se llevan la inmensa mayoría de los ingresos que Grand View Research asocia a este sector. Exactamente, un 84%, en función de los datos de 2023.
A nivel mundial, las empresas líder son Align Technology, Candid, SmileDirectClub, Zenyum o InBrace
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“Al buscar los pacientes soluciones más discretas y efectivas, el mercado se va expandiendo a gran velocidad”, apuntan los autores del estudio. “La creciente adopción de la teleodontología y la telemedicina han impulsado el crecimiento de los alineadores transparentes, en concreto. Además, la creciente conciencia entre la población sobre su existencia, acelera el crecimiento del mercado”, añaden.
Estrategia ‘online’
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De hecho, parte de su ‘boom’ en España se relaciona con que muchas de estas empresas han sabido hacer muy buena publicidad en redes sociales y a través de ‘influencers’, pero lo que detecta este estudio es que no son solo las empresas que se dedican exclusivamente al mercado de la ortodoncia invisible las que la han puesto de moda. También en las clínicas dentales convencionales es cada vez más común que se ofrezcan como tratamiento.
En cuanto a su público, son mayoritariamente los adultos quienes están tirando del crecimiento de este sector, aunque los autores del informe reconocen que esperan que crezca mucho más rápido el segmento adolescente, en los próximos años.
En España, las marcas que más suenan son Invisalign, Impress o DrSmile
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¿Quién está capitalizando y capitalizará este auge? A nivel mundial, hay líderes claras como Align Technology (la empresa estadounidense detrás de la marca Invisalign), la neoyorkina Candid, la también norteamericana SmileDirectClub, Zenyum (en este caso, de Singapur) o InBrace, también nacida en Estados Unidos.
En España, las marcas que más suenan (no necesariamente españolas) son precisamente Invisalign, Impress o DrSmile. Son las que más fama han ido adquiriendo con los años, aunque no siempre para bien. Especialmente la última (y alguna que otra más) tiene en pie de guerra al sector odontológico más tradicional, que ha denunciado recientemente que este tipo de empresas ‘low cost’ están promocionando estos tratamientos como sustitutivo de los ‘brackets’, sin que los supervise un profesional acreditado.
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La mayoría de ellas siempre han sostenido, sin embargo, que cuentan con ortodoncistas detrás y que lo que molesta al sector es que hayan entrado pisando tan fuerte y jugando la carta de bajar el precio. A juzgar por el crecimiento previsto a futuro, la estrategia claramente ha funcionado.
Source: Informacion
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