“Actually, what kind of enneatype you are depends on your motivation rather than what appears on the outside.”

El eneagrama es un sistema de clasificación de la personalidad a través de nueve arquetipos fundamentales que, como un mapa, nos orienta en el viaje hacia el autoconocimiento. Los eneatipos 2, 3 y 4 son más emocionales, por ejemplo, y buscan la validación; los 8, 9 y 1, el control; y así, Daniel Ramos (Barcelona, 1978) en su libro ‘Conecta con tu esencia a través del eneagrama’ (Editorial Luciérnaga, 2024) nos empuja a bucear en nuestra psique para comprendernos mejor. Originalmente creado en 1915 por el filósofo George Gurdjieff, no fue hasta finales de la década de 1960 cuando se colocaron los nueve tipos de personalidad específicos dentro del diagrama del Eneagrama, aunque algunos sostienen que tuvo su origen alrededor del 2500 a.C. Sea este un sistema, con mayor o menor base científica, nos invita a convivir pacíficamente con nuestra personalidad. Algo a lo que todos, deberíamos aspirar.

Antes de comenzar, ¿qué grado de fiabilidad tiene un eneagrama?

Yo creo que tiene un alto grado de fiabilidad, pero también hay que usarla con perspectiva crítica. Cuando uno se adentra en su estudio de forma autodidacta para desarrollo personal hay que observar que resuena, y saber utilizarlo inteligentemente. Terapéuticamente es útil, pero es un mapa conceptual y teórico basado en la observación y cuando se depende del observador, siempre existe el sesgo. Claudio Naranjo, psiquiatra y humanista chileno aprendió de Óscar Ichazo las bases de la teoría del eneagrama y Naranjo lo desarrolló al máximo. Previamente, Ichazo aprendió de George Ivánovich Gurdjieff, pero no es hasta los 60 cuando Óscar Ichazo asocia los 9 vértices a 9 tipos de ego o personalidad, y Claudio lo lleva al mundo de la psiquiatría e inicia todo lo que es la sicología de los eneatipos a través de un programa de observación empírica en diferentes personas. Por lo tanto, hay una parte que es científica. 

Nos invita, no a cambiar nuestra personalidad, sino a convivir más pacíficamente con ella, ¿no es así?

Exacto. Nosotros nacemos con una predisposición genética que condiciona nuestro temperamento, a medida, que vamos interactuando con el entorno, se va consolidando nuestra personalidad y el carácter. Es muy difícil que nuestra personalidad cambie a lo largo de la vida, pero si tenemos la capacidad de aprender y evolucionar, por eso, algunos aspectos van modificando, enfatizándose unos y suavizando otros. El grueso duro de nuestra personalidad no cambia lo que ocurre es que, a través del trabajo personal que desarrolla uno mismo, provoca que vivamos con mayor aceptación. De esta manera tenemos más herramientas con las que gestionar los aspectos difíciles de nuestra personalidad y eso nos lleva a una mayor serenidad. Desde la aceptación podemos lidiar con los aspectos difíciles de la vida. 

¿Es posible que en determinados momentos vitales una haya estado más cera de un eneatipo que otro; y con los años haya cambiado?

No somos un eneatipo de forma cerrada y hermética. Tenemos un eneatipo nuclear, pero está conectado a otros. Dependiendo del momento. Por ejemplo: el seis está vinculado al 3, cuando estoy muy estresado y estoy muy identificado con mi máscara cojo emociones propias del 3; y cuando estoy más expansivo adopto del 9 que es lo que a mí me equilibra. Ahora, también puede darse que al mismo tiempo que nos descentramos podemos adquirir cualidades positivas de ese mismo eneatipo. Yo me pasé mucho tiempo pensando que era el 3 y cuando profundicé y entré en el estudio profundo me di cuenta de que era el 6, pero se manifestaba en el 3. Qué eneatipo eres en esencia no es tanto lo que se manifiesta fuera sino tu motivación. Somos un compendio de otros eneatipos, la clave está en saber por qué nos comportamos de esa manera: control, seguridad, validación…, porque ese sería el eneatipo de base.

Habla, en las descripciones de la personalidad, de la herida del niño interior, de sentimientos que hemos podido sufrir en la infancia, pero, en el caso de un niño, con un eneatipo claro, ¿ayuda de preventivo? ¿Cómo ayuda a los padresel eneagrama?

Lo más importante es hacer el trabajo sobre una misma para poder acompañar de una manera saludable, y lo primero es hacerse cargo uno de sus propias heridas y dificultades. También hay que tener en cuenta que hay que dejar que la persona, en este caso un adolescente, pueda explorarse a sí mismo y vivirse completamente. Quizás tiene que vivir esa parte crítica consigo mismo y los demás. 

¿Puede servir para evitar un sufrimiento?

¿Hasta qué punto un padre puede evitar que ciertos sufrimientos que son inherentes a la vida? Crecer a veces es difícil y darse cuenta de cosas de la vida es complicado. Yo creo que más allá de la personalidad, lo importante es que el hijo sepa que sus padres están ahí, que pueden contar con ellos ofreciéndoles un vínculo seguro, más allá de la personalidad de cada uno. Después, si sabes por ejemplo que es un eneatipo 1 tienes la información de saber que, puede fácilmente caer en la insatisfacción crónica o marcarse estándares elevados o caer en la autoexigencia. Sabes que se puede equilibrar yendo hacia el 7 que es relativizando; tener un espíritu más lúdico y mayor fluidez. 

Usted es economista, músico, escritor y editor…, ¿cuándo le ha sido más útil el eneagrama?

[–>

En el acompañamiento en los procesos creativos a otros escritores, por ejemplo. El 1 se machaca mucho y se queda bloqueado porque tiene ese afán de perfección que nunca alcanza con lo que procrastina mucho. A la hora de comunicarme con esa persona, lo tengo en cuenta. También en mi vida personal. Después de una ruptura de pareja empecé a estudiar y quise entender por qué en ese caso concreto sostuve esa relación extenuante con dinámicas tan poco saludables. Eso me ha ayudado a vincularme a relaciones de pareja de mayor sosiego, comprensión del otro. Lo más complicado es cómo llegar al eneatipo porque es un trabajo de autoconocimiento profundo.