Robe Iniesta ha conseguido sobreponerse a las turbulencias que acabaron con Extremoduro y se encuentra, asegura, en un momento “muy bueno” de su carrera. Lo demuestra en su gira ‘Ni santos ni inocentes’, en la que repasa las canciones su último disco, ‘Se nos lleva el aire (2023)’.
Cuando sacó Lo que aletea en nuestras cabezas, el público se pensaba que era un divertimento momentáneo hasta el regreso de Extremoduro. A día de hoy, cuatro discos y un directo en DVD confirman a los fans de la banda que Robe ha venido para quedarse.
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Yo también lo pensaba, eh. Daba por hecho que iba a ser una cosa puntual cuando empecé con esto. Hicimos el primer disco sin tener ningún pensamiento de tocar en directo ni de nada. Simplemente de hacer ese álbum y pasárnoslo bien. Un divertimento, como tú has dicho. Luego nos gustó mucho la cosa y vimos la posibilidad de hacer una gira, también como una cosa única. Por eso grabamos el DVD, porque pensábamos que era un directo que nunca más íbamos a hacer y para así tenerlo de recuerdo. Pero luego sucedieron varias cosas y la verdad que cada día estamos más contentos, más compenetrados y pasándolo mejor.
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¿Este proyecto ha cambiado a Robe Iniesta?
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No, a mí me ha cambiado la vida. La vida es lo que te va cambiando y las cosas que haces cambian contigo. Lo raro sería que siguiera haciendo las mismas canciones que hace 30 años. Lo normal es que haya una evolución en la manera de componer, aunque yo en eso no tengo mucha mano. No puedo planear qué voy a escribir o sobre qué, pero está claro que lo que sale, sale de adentro y muestra esa evolución que tienes con la vida.
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Centrándonos en el último disco, Se nos lleva el aire, abre el álbum el tema El hombre pájaro, con claras alusiones a la falta de fuerzas. Algo que podía interpretarse con que no se veía con fuerzas para seguir mucho más en la música. ¿Hay algo de cierto en esto?
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Hombre, yo eso no lo tengo pensado, ni mucho menos. Eso, cuando llegue, llegará. De momento estamos con la gira en todo lo alto y los conciertos están saliendo bonitos. La gente creo que lo está disfrutando. Las letras las tiene que interpretar uno mismo. Una canción no habla de lo que el autor diga que habla, sino de lo que le sugiere al que la escucha. Al final, si la canción te sugiere unas emociones y a ti te parece que habla de algo, ¿por qué no? ¿Qué más te da en lo que estuviera pensando el autor cuando lo estaba haciendo?
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¿En qué momento diría que se encuentra ahora mismo?
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En un momento muy bueno de mi carrera, con un disco que le ha gustado a todo el mundo y que a nosotros también nos gusta mucho tocar. Si fuera por nosotros, solo haríamos en concierto las canciones del disco nuevo, vuelta y vuelta [Ríe].
¿Uno no se cansa de estar tantos años encima de un escenario?
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Bueno, a mí las ganas me las dan los temas nuevos. Si no hago temas nuevos, no me dan ganas de ponerme a tocar. Pero cuando tienes un tema en la cabeza, estás loco por enseñárselo a los demás. Cuando lo curras en el local, estás loco por ir a grabarlo. Cuando lo grabas, estás loco por que lo escucha la gente. Y luego, claro, lo que quieres es tocarlo en directo. Las ganas me las da el material nuevo y ser un grupo vivo que no se casa con un sonido específico. Tengo que sorprenderme a mí mismo para luego poder sorprender a los demás.
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Ha vivido varios cambios en la industria, como la entrada de las plataformas digitales como Spotify o la desaparición de los discos tal y como se conocían. ¿Cómo evalúa esta evolución?
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Pues en algunos sentidos bien y en otros no tan bien. Lo de que se hagan singles en vez de discos enteros tampoco es un cambio demasiado grande. Antiguamente, solo se hacían sencillos y luego se sacaban discos largos cuando se tenían un montón de singles, simplemente por juntarlos en algo. De alguna manera está bien porque es más accesible.
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¿Y cuál diría usted que es la mayor diferencia?
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Que todo el mundo oye lo mismo al mismo tiempo. No comprendo cómo salen canciones de muchos chavalitos jóvenes que se convierten en todo un fenómeno. Y luego, por otro lado, la discográfica antes tenía mucho más poder. Cuando fichabas por una, ya tenías la mitad del camino hecho. Pero eso ahora no quiere decir mucho.
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A pesar de eso, cuando sacó el disco, se encontraba en las listas de más escuchados junto a esos artistas jóvenes que menciona.
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Sí, y me sorprendió, porque manejan otro volumen de cifras. A mí que me escuchen un millón de personas me parece algo alucinante, pero para esa gente un millón no es nada.
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También es cierto, y no hay que negarlo, que todo el mundo ha escuchado aunque sea alguna canción de Extremoduro. Eso le tendrá que dar cierta autoestima.
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Hombre, claro, autoestima te tiene que dar, pero en su justa medida. Yo siempre lo digo que los artistas necesitamos tener el apoyo de la gente porque en el arte no hay nadie que pueda decir ‘esto está bien hecho’ o ‘esto está mal hecho’. El arte no es como una pared, que está recta o no. Tú mismo no sabes si lo que estás haciendo es bueno; el público debe servir para animarte y darte fuerza, pero no para presionarte pensando que eres la hostia.
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¿Le queda alguna meta que alcanzar como artista?
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La siguiente canción, ni más ni menos, que va a ser la mejor, porque siempre la última es la mejor. La última que he hecho ha sido la de El poder del arte, y es la que más me gusta de todas.
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Inició este proyecto pidiendo a los asistentes que no sacasen sus móviles constantemente durante el concierto. Cuatro discos y varias giras después, ¿cree que lo ha conseguido?
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Sigue habiendo demasiados para mi gusto, pero creo que la gente ha ido aprendiendo a manejar los cacharritos y a convivir con ellos. Es un invento moderno y nos han engañado a todos con la publicidad. Recuerdo que había un anuncio que vendía un teléfono, o una compañía que te presentaba un concierto con todo el mundo grabando, como si lo guapo del concierto fuera eso. Entiendo que la gente quiera grabar un poquito para ponerle a sus colegas, pero hay mucha gente que se pasa todo el concierto con el móvil fuera y lo pone muy arriba. Eso ya sí que me molesta un poco, como si no hubiera gente detrás que quiere disfrutar del directo.
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Hemos estado media hora hablando y no le he preguntado por Extremoduro. ¿Le cansa que todo el rato se le mencione el grupo?
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Claro que me cansa. Han pasado 10 años desde que Extremoduro hizo su última gira, 11 desde el último disco… Y ya está todo dicho sobre aquello. Ahora hay que vivir el presente, que se nos lleva al aire, que hay que estar alerta y vivir la vida sin hablar del pasado ni del futuro.
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Source: Informacion
Brandon Hall is an author at “Social Bites”. He is a cultural aficionado who writes about the latest news and developments in the world of art, literature, music, and more. With a passion for the arts and a deep understanding of cultural trends, Brandon provides engaging and thought-provoking articles that keep his readers informed and up-to-date on the latest happenings in the cultural world.